Chile es ampliamente reconocido en América Latina por su estabilidad económica en comparación a otros países de la región
Chile es ampliamente reconocido en América Latina por su estabilidad económica en comparación a otros países de la región, su solidez institucional -la que quedó comprobada después de dos rechazos a cuestionables propuestas de nuevas cartas magnas- y su ambiente favorable para los negocios, basado en relaciones comerciales desarrolladas durante los últimos 30 años. Estos factores, junto con una inflación controlada y un mercado abierto, lo convierten en un destino atractivo para la inversión extranjera.
La sólida red de acuerdos comerciales que Chile ha suscrito con más de 60 países, entre ellos potencias como Estados Unidos, China y la Unión Europea, refuerza su papel como una economía globalizada y preparada para el comercio internacional. Además, su membresía en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) subraya su compromiso con políticas económicas claras y predecibles, fortaleciendo la confianza de los inversionistas.
A pesar de ser un mercado relativamente pequeño, uno de los mayores atractivos de Chile es su apertura al comercio internacional, lo que lo caracteriza como plataforma ideal de negocios, que permite a las empresas acceder a mercados que comprenden más de 4.000 millones de personas especialmente en Latinoamérica y la región Asia-Pacífico. La ventaja de estos acuerdos no se limita solo a eliminar barreras arancelarias; también simplifican procedimientos aduaneros y otorgan un marco legal claro y predecible para las empresas extranjeras.
¿Cómo hacer negocios en Chile?
Algunos puntos clave para la inversión extranjera es asesorarse con un especialista en “Doing Business in Chile”, permitiéndoles optimizar costos, mitigar riesgos y aprovechar al máximo las oportunidades de crecimiento en diversos sectores, así como tener fácil acceso a consultas sobre los temas que enumeramos a continuación.
Entender los aspectos culturales de Chile es clave para asegurar el éxito de cualquier inversión o negocio en el país. Chile es un país que, aunque está fuertemente globalizado, sigue teniendo valores culturales que impactan en la forma de hacer negocios.
La formalidad es uno de los rasgos más característicos de las relaciones comerciales y profesionales. En el entorno empresarial chileno, las reuniones tienden a ser formales y es habitual tratar a los colegas y socios por su título profesional o con el uso de “usted” hasta que se indique lo contrario. Esta formalidad también se refleja en la importancia de establecer relaciones de confianza antes de concretar negocios y estos se concretan con la firma de documentos como contratos o intención de compra.
A pesar de la apertura del país al comercio internacional, las decisiones empresariales en Chile a menudo dependen de relaciones personales sólidas y un enfoque en la transparencia y el compromiso a largo plazo. Otro aspecto cultural relevante es el respeto por la jerarquía. Estas decisiones tienden a tomarse en los niveles más altos de la estructura organizacional, por lo que el proceso de toma de decisiones puede ser más lento en comparación con otras culturas más descentralizadas.
El sistema laboral chileno está fuertemente regulado, con leyes que buscan proteger los derechos de los trabajadores y asegurar condiciones laborales justas. Las empresas que operan en Chile deben cumplir con una serie de normativas relacionadas con salarios, seguridad social, seguridad en el trabajo y duración de la jornada laboral, esta última en camino a la reducción a 40 horas semanales. El salario mínimo en Chile es alto y es ajustado periódicamente existiendo una fuerte supervisión por parte de las autoridades para garantizar su cumplimiento.
Uno de los temas más relevantes en el ámbito laboral chileno es la estabilidad de los contratos de trabajo. Los empleadores deben ser conscientes de que la terminación de un contrato laboral puede resultar costosa, ya que el despido de un trabajador puede implicar el pago de indemnizaciones significativas, lo que incluye pagos por años de servicio y otros beneficios. Este marco legal obliga a las empresas a tener un enfoque estratégico tanto en las decisiones de contratación como en la gestión de su fuerza laboral, priorizando la prevención, el diálogo y la negociación.
Además, Chile tiene un sistema de seguridad social obligatorio que incluye la afiliación a una Administradora de Fondos de Pensiones (AFP) y a una institución de salud, que puede ser pública (FONASA) o privada (ISAPRE). Las empresas deben retener y pagar las contribuciones a la seguridad social de sus empleados, lo que implica un costo adicional que debe ser considerado en el cálculo de remuneraciones.
Chile ofrece varias formas de constituir sociedades, lo que proporciona flexibilidad a los inversionistas extranjeros. La Sociedad por Acciones (SpA) es una de las estructuras más populares para las empresas nuevas, tanto nacionales como extranjeras, debido a su flexibilidad en términos de gobierno corporativo y sus menores exigencias en comparación con otras formas de sociedades. Las SpA permiten una estructura con un solo accionista, lo que facilita la creación de start-ups o filiales sin necesidad de múltiples socios.
Por otro lado, la Sociedad de Responsabilidad Limitada (SRL) y la Sociedad Anónima (SA) son opciones también viables, especialmente para empresas que requieren una estructura corporativa más compleja. La SRL es ideal para empresas familiares o de menor tamaño, mientras que las SA son preferidas por las grandes corporaciones debido a sus requisitos de mayor transparencia y las posibilidades de acceso a financiamiento en los mercados de capitales.
El proceso de constitución de una empresa en Chile ha mejorado considerablemente en rapidez en los últimos años gracias a la implementación de plataformas digitales que permiten registrar una sociedad en línea. Sin embargo, sigue siendo esencial que las empresas comprendan las regulaciones específicas y los requisitos para cada tipo de entidad legal, ya que la elección de la estructura societaria puede tener implicaciones significativas en términos de impuestos, responsabilidad legal y acceso a financiamiento.
Un buen análisis tributario permite optimizar la estructura de costos y aumentar la competitividad de las empresas, lo que convierte al marco legal tributario en un punto esencial para cualquier análisis de negocios.
En el ámbito tributario, Chile cuenta con un sistema que, aunque complejo, es claro y comprensible para los inversionistas. En síntesis, las empresas deben pagar el impuesto de primera categoría sobre sus utilidades, con una tasa que actualmente es del 27% general y los socios o accionistas pagan un impuesto personal (global complementario o adicional, según residan en Chile o en el extranjero) sobre las utilidades distribuidas, con derecho a utilizar un crédito por el impuesto ya pagado por la empresa.
A pesar de que Chile aplica un sistema de retención de impuestos para inversionistas extranjeros, el país ofrece una red sólida de acuerdos de doble tributación que permite a las empresas extranjeras minimizar la carga fiscal al evitar la doble imposición. Esto resulta particularmente beneficioso para las compañías con operaciones globales.
Finalmente, las empresas pueden beneficiarse de incentivos fiscales para la inversión en sectores clave como la tecnología, la energía renovable y la innovación (I+D), contribuyendo al crecimiento de sectores estratégicos y al mismo tiempo alineándose con las prioridades de desarrollo del país.
En Chile hay dos agencias gubernamentales que se debe conocer:
Para una compañía que busca hacer negocios en Chile, cultivar una relación cercana con ambas agencias es fundamental, ya que brindan acceso a información clave, oportunidades de networking y recursos que facilitan la entrada y el éxito en el mercado chileno.
Oportunidades de negocio
Observados estos conceptos iniciales, es importante tener en cuenta que Chile es conocido por su potencial en el mercado minero y de las energías renovables, los que ofrecen oportunidades en materias que van más allá del cobre o de las plantas eólicas. Les compartimos algunas oportunidades:
El hidrógeno verde es uno de los sectores emergentes más prometedores. Chile, con sus vastos recursos naturales, especialmente energía solar y eólica, se encuentra en una posición privilegiada para liderar la producción de hidrógeno verde, un combustible limpio que se prevé será fundamental para la descarbonización de sectores industriales y el transporte en las próximas décadas. El gobierno chileno ha lanzado una Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde, con la que busca posicionar al país como un actor global en esta industria para 2030, con metas ambiciosas de producción y exportación de hidrógeno. Este sector ofrece amplias oportunidades de inversión, desde el desarrollo de infraestructura hasta proyectos de colaboración en investigación y desarrollo (I+D), tecnología e innovación. Para los inversionistas interesados en el sector energético, la combinación de la estabilidad de Chile y su potencial en energías renovables lo convierten en un destino clave para considerar.
Chile posee algunas de las reservas de litio más grandes del mundo y ha sido protagonista en la producción de este mineral esencial para la fabricación de baterías eléctricas. Con la creciente demanda mundial de vehículos eléctricos y dispositivos electrónicos, las oportunidades para invertir en la cadena de valor del litio en Chile son cada vez más atractivas. El país está trabajando activamente en políticas que fomenten el desarrollo sostenible del sector minero, lo que incluye la explotación responsable de sus recursos de litio, con énfasis en la innovación tecnológica y el cuidado ambiental, presentando también reformas a la legislación con el objetivo de acelerar la obtención de los permisos relacionada a la concesión para explotación minera.
La infraestructura de telecomunicaciones y la red digital de Chile también son factores que refuerzan su atractivo para las empresas tecnológicas y para los negocios en general. El país ha sido pionero en la implementación de tecnología 5G en la región y cuenta con una robusta red de fibra óptica que conecta a gran parte del país, lo que facilita el desarrollo de servicios tecnológicos y digitales. Además, la reciente inversión de Starlink en Chile para mejorar la conectividad satelital destaca el interés de grandes actores tecnológicos en aprovechar las ventajas estratégicas del país.
La estabilidad política y económica de Chile, sumada a su capacidad tecnológica, hace que las empresas en el sector de la tecnología vean a Chile como un hub regional desde el cual expandirse al resto de América Latina. El ecosistema de start-ups y emprendedores ha crecido de manera notable en los últimos años, con el apoyo de programas gubernamentales como “Start-Up Chile”, lo que impulsa la innovación y la creación de nuevas oportunidades de negocio.
Este documento es de carácter informativo y no constituye asesoría legal ni comercial. Para obtener un análisis personalizado según sus necesidades específicas, estamos a su disposición. Contáctenos para más información o consultas adicionales.
Raquel Frattini es abogada, Directora de Business Development y responsable por el área de Acuerdos Internacionales de Chirgwin.
Chirgwin es la firma miembro representante de Chile, reconocida dentro y fuera del país por su experiencia en recibir inversión extranjera y desarrollar proyectos de naturaleza diversa en conjunto con sus clientes.
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